foto por Luis Felipe Alburquerque

Llegamos a la segunda entrega de astrofotografía de cielo profundo. Hace poco os contábamos qué objetos podemos fotografiar, cuál es el equipo necesario para realizar este tipo de sesiones y también cuáles son las condiciones idóneas para poder llevarlas a cabo con éxito. 

En el artículo presente seguimos avanzando, y nos toca descubrir cuáles son los puntos esenciales tanto del momento del disparo como del procesado. ¡No te lo pierdas!

Puesta a punto del equipo

Ya tenemos nuestro equipo, y ahora hay que prepararlo todo para empezar a disparar. Recuerda que necesitábamos nuestra cámara y una montura ecuatorial motorizada para poder realizar este tipo de fotografías.

Si dispones de un telescopio reflector úsalo, porque es una opción fantástica para este tipo de tomas. En el caso de que no dispongas de uno, siempre puedes optar por focales largas, como por ejemplo una lente de 85mm o más.

Lo que sí que es esencial en cualquiera de los casos es la montura de seguimiento, que lo que hace es compensar el movimiento de rotación de la Tierra para que podemos realizar tomas de larga exposición. 

Esta deberemos colocarla sobre el trípode y calibrarla, buscando la estrella polar para alinear nuestro equipo con ella. Para ello apuntaremos el eje de rotación del rastreador hacia uno de los polos celestes. 

foto por Lucas Pezeta

En el caso del hemisferio norte utilizaremos el Polo Norte Celeste, que está ubicado justo al lado de Polaris, la estrella más brillante de la constelación de la Osa Menor. En el caso del hemisferio sur no podremos hacerlo del mismo modo ya que no hay una estrella que sea tan brillante cerca del Polo Sur Celeste, pero podremos utilizar un mapa del cielo para poder encontrarlo. 

Para alinear la montura con la polar, deberemos mirar a través de un pequeño telescopio, llamado también osciloscopio polar, que montaremos paralelo al eje de rotación del rastreador de estrellas. Algunos rastreadores incorporan el visor polar, aunque en otros casos deberás comprarlo por separado. 

Piensa que cuanto mayor sea la distancia focal con la que vayas a realizar tu fotografía, mucho más importante será que la alineación sea precisa, ya que el campo de visión será muy limitado. Así pues, aunque siempre es aconsejable que este ajuste lo realices de forma precisa, recuerda que será aún más importante hacerlo cuando utilices distancias focales largas o teleobjetivos. 

Sé que todo esto puede resultar complicado, y aunque al principio te costará un poco acostumbrarte a realizar esta tarea, con la práctica seguro que le coges el truco y se convierte en un paso más que dominarás con facilidad. Así que no te desanimes. Con un poco de paciencia y familiarizándote con tu montura lo conseguirás. 

En búsqueda de nuestro objeto a fotografiar

foto por Adam Krypel

El siguiente paso es localizar el objeto que queremos fotografiar. Para ello, tal y como te aconsejamos en la primera entrega de este artículo, puedes utilizar aplicaciones como Sky Safari, Stellarium o Star Rover entre otras. 

Una vez hecho, encararemos nuestra cámara hacia el objeto procurando no tocar el trípode para no perder la alineación que hemos hecho previamente con la estrella polar. 

¿Cómo enfocamos?

Una de las preguntas que quizá te estés haciendo es cómo puedes conseguir un buen enfoque en este tipo de tomas, ¿verdad? Hay que ser muy precisos para tratar de lograr el máximo nivel de detalle, y para ello tenemos varias alternativas. 

La primera de ellas pasa por enfocar manualmente al infinito. No es el método más preciso, pero cuando estamos empezando puede servirte de utilidad. 

La segunda opción es que busques una estrella lo suficientemente brillante, y la centres en tu encuadre. Activa el modo Live View de tu cámara, haz uso del zoom digital de esta para poder ser más preciso a la hora de enfocar, y mueve el anillo de foco hasta que logres verla nítida. 

foto por Adam Krypel

Si puedes, te aconsejo que utilices una máscara de Bahtinov, que puedes acoplar tanto a tu lente, como al telescopio en el caso de que utilices uno, y cuyo uso te permitirá obtener un enfoque mucho más agudo.

El momento de hacer las fotos

Una vez tenemos la polar alineada y el enfoque listo, es el momento de realizar nuestras fotografías. Y no solo basta con realizar la toma del objeto que deseamos, lo que se conoce como lights o marcos de luz, sino que también nos hará falta realizar las capturas de marcos de calibración, que nos ayudarán a mejorar la relación señal-ruido de la fotografía final. Así pues, podemos distinguir:

  • Lights o marcos de luz. 

Son las fotografías del objeto real, y deberás realizar tantas como puedas, ya que de ese modo podrás combinarlas en edición para obtener una señal alta y un ruido bajo. Esto responde a que la mayoría de fotografías del cielo profundo son muy tenues, por lo que para lograr extraer el máximo detalle, profundidad y color posible, necesitaremos muchas tomas y un procesado posterior de estas. 

Para estas fotografías, es importantísimo que disparemos en formato RAW, ya que este tipo de archivo no comprime la imagen y por tanto tiene un mayor margen de corrección. Respecto a la sensibilidad ISO, es aconsejable trabajar con una ISO 800, que nos aportará la luz que necesitamos sin sacrificar el rango dinámico y la dinámica del color. No obstante, puedes probar con otras configuraciones.

Respecto a la apertura de diafragma, puedes trabajar con la máxima apertura que te permita tu lente, o con la que se corresponda con el punto dulce de tu objetivo para intentar maximizar el nivel de detalle. 

foto por Jeremy Müller

Y por último configuraremos la cámara en modo Bulb, y con un intervalómetro le indicaremos que haga el número de fotos que deseemos, y que cada una tenga una exposición mínima de 1 minuto. Dependiendo de las condiciones en las que estemos trabajando y de nuestro equipo, podríamos incluso llegar a hacer capturas de hasta 5 minutos.

En cuanto al número de tomas, como te decíamos antes, cuantas más mejor. El mínimo aconsejable se sitúa sobre las 10 o 20 capturas, pero hay quienes realizan muchas más.

  • Darks o marcos oscuros.

Los darks o marcos oscuros son tomas esenciales cuando disparamos con la mayoría de cámaras que no disponen de un sensor de bajo ruido. Básicamente se trata de capturas que muestran el ruido digital, es decir, el ruido térmico electrónico aleatorio del sensor de la cámara.

Para hacer estas tomas simplemente tendremos que mantener los mismos parámetros que en los lights o marcos de luz, pero cubriendo la lente de la cámara o del telescopio con la tapa.

Realiza entre 15 y 20 capturas de este tipo intercalándolas con los lights, o una vez hayas terminado con estos. 

  • Flats o marcos planos.

Estas capturas se utilizan para tratar de suavizar la iluminación desigual de la toma, corrigiendo así por tanto viñeteos o manchas de polvo en nuestro sensor. 

Para poder hacer estas tomas no deberemos modificar ni la posición, ni el enfoque, ni ninguno de los parámetros que habíamos configurado antes a excepción de uno. Pasaremos de trabajar del modo manual al modo semiautomático a la apertura de diafragma, para que sea la cámara la que decida cuál es la velocidad de obturación adecuada. ¿Y qué haremos a continuación? Pues necesitamos fotografiar algo blanco y uniforme, así que una buena opción es que cojas una linterna potente e ilumines de frente el objetivo.

También puedes realizar estas capturas al día siguiente con luz diurna colocando frente al objetivo una camiseta o cartulina blanca, pero siempre que la hagas con el mismo enfoque. Esto puede complicar un poco el proceso, de ahí a que la primera alternativa sea más cómoda y efectiva. 

De este tipo de imágenes necesitaremos entre 15 y 20 tomas

  • Bias, offset o marcos de sesgo.

Por último nos quedan las tomas bias o offset, tomas que también son oscuras pero cuyo propósito es eliminar el llamado ruido de lectura, un ruido que se crea por la electrónica que lee el chip de la imagen. 

Para hacerlas también cubriremos la lente de la cámara o del telescopio, y dejaremos todos los parámetros igual a excepción del tiempo de exposición. En este caso tendremos que disparar con la mayor velocidad de obturación que nos permite la cámara, y dispararemos al menos 20 tomas de estas. 

El Apilado

foto por Luis Felipe Alburquerque

Ya tenemos hechas nuestras tomas, y ahora es el momento de ponerse a trabajar con ellas. Para hacerlo, necesitaremos el software adecuado, y aunque hay muchas opciones, te recomiendo Deep-Sky Stacker o Sequator programas que además pueden descargarse totalmente gratis para Windows, para usuarios de Mac el software más usado es  Starry Sky Stacker.

Lo que haremos será apilar todas las capturas que hemos hecho, y para ello primero deberemos cargar todos los archivos de light, darks, flats y offset por separado; y a continuación apilarlos con el programa. Es un proceso que suele tardar su tiempo dependiendo del equipo que tengamos, así que ten paciencia. 

Te muestro aquí como lo hago paso a paso con cada programa:

LECCIONES DEL CURSO: STAR TRACKER & ASTROPHOTOGRAPHY

Una vez terminado, podremos ver ya un resultado bastante preciso de la toma final. Aunque si quieres seguir ajustando la fotografía, lo mejor es que guardes la toma en formato Tiff, y te la lleves a Photoshop o Pixinsight  para poder trabajar con mayor número de herramientas y posibilidades la imagen final. 

En el curso Star Tracker & Astrophotography puedes ver de manera detallada el procesado completo de este tipo de astrofotografías.

Como puedes ver, realizar fotografías del cielo profundo no parece algo sencillo. Hay mucho tecnicismo y mucha información que asimilar, pero sin duda los resultados son “de otra galaxia”, así que no desistas y disfruta de una de las temáticas más fascinantes.

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